Rodrigo Buendia

Porsche presentó la actualización de media vida del 911 en dos modalidades, primero las variantes de propulsión trasera y luego las de tracción total, recibiendo ambas dos versiones turbocargadas de un nuevo motor 3.0 bóxer, que sustituye a los anteriores 3.4 y 3.8 atmosféricos.

El tercer lote de actualizaciones corresponde ahora a las variantes Turbo, que como en iteraciones anteriores reciben mecánicas turboasistidas que si bien ya no son exclusivas para ellos, el apelativo sí. Ambos conservan el motor 3.8 litros de seis cilindros opuestos, acoplado únicamente a una caja de doble embrague de siete relaciones, mientras que la tracción total es de serie.

El 911 Turbo ahora ofrece 540 caballos de fuerza contra 520 del modelo anterior, mientras que el 911 Turbo S queda en 580 caballos cuando su predecesor contaba con 560.

La marca afirma que ahora cuentan con una nueva función de refuerzo aerodinámico que mantiene constante la presión del turbo durante cambios bruscos de carga del acelerador, lo que le otorga una mejor respuesta.

De serie también son los paquetes Sport Chrono y PASM (suspensión activa electrónica); el Turbo S añade control dinámico de chasis, salidas de escape en cromo negro y frenos carbonocerámicos; aunque como buenos Porsches, la lista de opciones seguirá siendo extensa.

El cambio de diseño será igual de discreto y efectivo que en sus hermanos menores, con rines de 20 pulgadas de serie, asistencias de conducción, suspensión que eleva el frente del auto 4 centímetros, pantalla táctil de 7 pulgadas que puede “leer” instrucciones escritas a mano y un volante proveniente del 918 Spyder.

Los Porsche 911 Turbo y  911 Turbo S en carrocerías coupé y cabriolet se mostrarán por primera vez al público en el NAIAS de Detroit, en enero del siguiente año.

Para Estados Unidos se anuncian precios entre los 159,200 dólares y 200,400 dólares antes de impuestos.